Presupuestos para delimitar la tipicidad del funcionario de hecho en el delito de peculado
Resumen
El delito de peculado, al ser un ilícito funcionarial, exige como condición indispensable para su configuración típica, que el autor (funcionario o servidor público) mantenga vinculación funcional con efectos o caudales que administra en razón del puesto que ocupa en la entidad estatal, lo que supone, verificar la forma en que accedió al sector público y las funciones que delimitaban su actuación desde su incorporación o ingreso a la función pública. El acceso al cargo público, en sentido administrativo, puede ser a través de un nombramiento regular (cuando se cumple con los requisitos legales previstos por la norma extrapenal) o de una designación irregular (cuando no se cumple con las condiciones de ingreso a la función pública). Pero, para el Derecho Penal, que tutela el adecuado funcionamiento de la administración pública, no es solo la formalidad de su incorporación lo que le otorga a una persona la cualidad especial de funcionario público (sujeto activo), sino también, por el ejercicio material del deber funcionarial proveniente de un título de habilitación irregular o jurídicamente nulo, de manera que, quien administre de facto el patrimonio estatal que le es confiado, aún de forma ilegal, podrá responder penalmente por infringir el deber de protección de bienes estatales, sin embargo, para su represión penal como un agente delictivo, es necesario establecer los presupuestos materiales de la existencia del funcionario de facto y, con ello, la posibilidad de adecuar su comportamiento prohibido (ya sea doloso o culposo) en el tipo delictivo de peculado. The crime of embezzlement, being a civil service crime, requires as an indispensable
condition for its typical configuration, that the perpetrator (civil servant or public
servant) maintains a functional link with the funds or effects that he manages by reason
of the position he occupies within the state entity, which supposes verifying the way
in which he accessed the public sector and the functions that delimited his performance
since his incorporation or entry into the public service. Access to public office, in the
administrative sense, may be through a regular appointment (when the legal
requirements provided for by the extra-penal norm are met) or through an irregular
designation (when the conditions for entry into public office are not met). However,
for Criminal Law, which safeguards the proper functioning of public administration,
it is not only the formality of its incorporation that grants a person the special quality
of public servant (active subject), but also, by the material exercise of the civil service
duty coming from an irregular or legally null qualification title, so that, whoever de
facto administers the state assets entrusted to him, even illegally, may be criminally
liable for violating the duty of protection of state assets, however, for his criminal
repression as a criminal agent, it is necessary to establish the material assumptions of
the existence of the de facto official and, with it, the possibility of adapting his
prohibited behavior (whether intentional or negligent) to the criminal type of
embezzlement.
Colecciones
- Derecho [410]