Descripción microscópica del tejido óseo del conejo (oryctolaguscuniculus) realizado en el laboratorio de histología de la facultad de medicina veterinaria de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo; 2017
Fecha
2019-10-07Autor
Chavil Montalván, Graciela Elsa
Livia Córdova, Giovanna Nancy
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
El Tejido Óseo a simple vista se observa como una masa dura densa y amorfa; pero vista al microscopio, presenta una estructura particular.
La masa ósea aparece formada por finas capas adosadas unas a otras, denominándose HUESO DE ESTRUCTURA LAMINAR – de una sustancia densa. Entre lámina y lámina, existen unas pequeñas cavidades denominadas LAGUNAS ÓSEAS, donde se alojan las células óseas u OSTEOCITOS. La presencia de células óseas nos certifica que el hueso es un tejido viviente: un conjunto de células separadas o unidas por una sustancia amorfa que, en este caso es sólida y dura.
En las trabéculas del hueso, las laminillas óseas se hallan dispuestas de un modo muy irregular.
En cambio, en las zonas de hueso compacto se organizan de una manera
Organizada denominada: Osteón.
Si observamos al Microscopio un corte transversal del tejido óseo compacto de la diáfisis de un hueso largo veremos que las laminillas se disponen circularmente formando cilindros de diverso radio, alrededor de un canalículo central.
El canalículo central se denomina, en honor al anatomista que lo describió por vez primera, Conducto de Havers; este canalículo contiene vasos sanguíneos y un nervio. El conjunto de conductos y laminillas circulares a su alrededor se denomina Sistema de Havers u Osteona. Las células se disponen, dentro de sus lagunillas, circularmente entre lámina y lámina. Las lagunas no son cavidades aisladas y estancas. De lo contrario, los osteocitos morirían de inanición.
En realidad, todas las lagunas se hallan conectadas entre sí mediante multitud de finos canalículos que se abren también en el conducto de Havers.
El líquido que fluye desde los vasos sanguíneos que discurren por el conducto puede así llegar, con el oxígeno y sustancias nutritivas, a bañar a todas las células óseas.
La sustancia amorfa que constituye las fibrillas es dura porque contiene sales de calcio. Estas sales se pueden disolver fácilmente mediante un ácido. Entonces queda una sustancia consistente, pero blanda y elástica, que es la Osteína.
Un hueso así tratado parece como de caucho. Vista al microscopio electrónico, la osteína se muestra constituida por fibrillas submicroscópicas.
Sobre esas fibrillas, que son las que primero se forman, se depositan, en cierto momento del desarrollo del hueso – finos cristales de hidroxiapatita, constituida por carbonato cálcico, fosfato magnésico, fluoruro cálcico y otras sales.
A lo largo de la vida, el hueso va cambiando – constantemente, aunque imperceptiblemente – de forma y de constitución.
Por consiguiente el Tejido Óseo está formado por:
Una sustancia fundamental de textura laminar y con cavidades (los osteoplastos o lagunas óseas), donde se alojan las células óseas u Osteocitos. Intervienen en su composición la Oseína, una sustancia orgánica similar al colágeno, que se halla incrustada de sales calcáreas, hecho al que debe su considerable dureza.
La Diáfisis de los huesos largos, la corteza de las Epífisis y de los huesos cortos y las tablas de los huesos planos están formados por hueso compacto.
Una membrana fibrovascular, llamada Periostio, rodea a las piezas óseas, salvo a nivel de las superficies articulares. Presenta dos zonas: una externa fibrosa, rica en vasos y nervios que se continúa con el tejido conjuntivo vecino, y una interna fibroelástica, más rica en células, en relación íntima con el hueso y de la que parten fibras conjuntivas y elásticas, fibras arciformes o perforantes, que lo penetran y forman en el tejido óseo de origen perióstico las fibras de Sharpey. En el hueso en proceso de desarrollo o reparación, la capa profunda del periostio se diferencia aún más por la abundancia en células conectivas con capacidad osteogénica, los osteoblastos, que intervendrán en la formación ósea, por eso, a esta zona se la denomina capa osteógena.
La membrana conectiva, llamada Endostio, relativamente espesa o apenas perceptible que recubre el conducto medular, las cavidades del hueso esponjoso y las paredes de los conductos de Havers. Engloba células osteogénicas en reposo que han intervenido en la formación del tejido óseo y son capaces de reactivarse cuando actúa el estímulo necesario.
Es por ello que el presente trabajo de investigación, nace con el objetivo de determinar Microscópicamente las Estructuras Histológicas que presenta el TEJIDO ÓSEO del Conejo (Oryctolagus cuniculus) realizado en el departamento de Lambayeque, de tal manera que se tenga un mayor entendimiento sobre todo para el estudiante, como futuro Médico Veterinario.
Se realizó el estudio con una población de 100 conejos sanos en edad adulta, de los cuales se obtuvieron muestras histológicas del HUESO en diferentes zonas: tanto de la EPÍFISIS como de la DIÁFISIS.
La técnica de coloración utilizada para su procesamiento fue la de Hematoxilina – Eosina (H-E), también, se tuvieron en cuenta las características diferenciales del espesor en dicho órgano.