Programa curricular en salud escolar, basado en el enfoque socioformativo – complejo para mejorar la formación de hábitos de higiene personal, especialmente el lavado de manos de los estudiantes del nivel de educación Primaria
Resumen
La higiene es esencial para la misión de la salud pública de reducir la transmisión de las
enfermedades y sus consecuencias. La notable disminución del número de muertes
causadas por enfermedades infecciosas que se observó en los países ricos en el siglo
pasado no podría haberse logrado si no se hubiese mejorado enormemente la higiene
pública. El aumento del nivel de vida permitió que las personas adoptaran hábitos más
higiénicos cuando se instaló agua limpia en sus hogares y cuando el jabón bajó tanto de
precio que fue posible tenerlo en todos los lavados. Con el tiempo, gracias a la acción
colectiva de muchas instituciones que apuestan por el lavado de manos con agua a
chorro y jabón se convierte en una norma social.
Lamentablemente, en los países pobres la historia no podría ser más distinta. Las
iniciativas de promoción eficaz de la higiene han sido dispersas e ineficaces. Si bien la
industria ha logrado introducir el jabón en casi todos los hogares, no siempre ha
promovido de manera sistemática las buenas prácticas de higiene o el lavado de manos
como complemento de sus productos.
Hoy en día, los dos principales culpables de las muertes de niños en el mundo en
desarrollo son las enfermedades diarreicas y las infecciones de las vías respiratorias. El
mero acto de lavarse las manos con jabón y agua a chorro, puede reducir casi a la mitad
el riesgo de contraer diarrea y en un tercio las infecciones de las vías respiratorias. Por
ello, lavarse las manos es más eficaz que cualquier vacuna para prevenir las
enfermedades, convirtiéndose en una labor y responsabilidad de las escuelas.
Para que los países en desarrollo puedan cumplir para el 2021, las metas de reducción
de la mortalidad infantil establecidas en los objetivos de desarrollo del milenio, es
necesario concluir esa tarea inacabada del siglo XX. No sólo hay que conseguir la
universalidad del agua y el saneamiento, sino también la del hábito de lavarse las manos
con jabón y agua a chorro. Ello exige que los ministerios de Salud y Educación, además
de las organizaciones no gubernamentales (ONG) y los grupos de base comunitaria,
aprovechen todas las oportunidades para promover la práctica de lavarse las manos con
jabón y agua a chorro.
Lavarse las manos con jabón y agua a chorro, puede y debe convertirse en algo habitual
en los países en desarrollo. Para ello será necesario:
Velar por una conciencia general de la importancia que tiene lavarse las manos.
Establecer alianzas entre el sector educación y salud.
Movilizar los recursos y los conocimientos técnicos necesarios.
Utilizar técnicas de extensión basadas en las comunicaciones que hayan
demostrado tener un gran impacto para fomentar la práctica de lavarse las manos
entre un público masivo y muy especial en las instituciones educativas.
Demostrar que es posible lograr de manera rentable un cambio medible de los
comportamientos.
Lavarse las manos es, junto con la eliminación segura de las deposiciones y un
abastecimiento suficiente de agua limpia en los hogares, uno de los medios más
eficaces que existen para prevenir las enfermedades diarreicas.
Hay indicios de que mejorar la práctica del lavado de manos puede tener un efecto
notable en la salud pública de cualquier país y reducir significativamente las dos causas
principales de la mortalidad infantil: las enfermedades diarreicas y las infecciones agudas
de las vías respiratorias. Puesto que lavarse las manos con jabón y agua a chorro puede
impedir la transmisión de diversos patógenos, es posible que sea más eficaz que
cualquier vacuna o que cualquier otra práctica higiénica. Si se promueve de manera
suficientemente amplia, el lavado de manos con jabón en todas las instituciones
educativas, puede considerarse una vacuna esencial auto administrada.
En casi todos los hogares del mundo, independientemente de su nivel económico, se
encuentra jabón. No obstante, lavarse las manos con jabón en los momentos críticos no
es una práctica extendida. Para cumplir los objetivos de desarrollo del milenio
relacionados con la reducción de la mortalidad infantil hay que mejorar los hábitos de
lavado de manos, además del acceso al agua limpia y saneamiento.